domingo, 7 de octubre de 2007
Autocritica
¿Quién no se confiesa una vez en la vida? No una sola, sino muchas veces lo hemos hecho y lo haremos en el futuro.
Hacienda estudia en este momento la reforma. Las confesiones musulmana, judía y evangélica tendrán su casilla en el nuevo formato del IRPF. Ahí tendremos que confesar una vez al año, como si del cuarto sacramento se tratara. A pesar de que a muchos, más bien muchísimos no les gusta confesarse con este cura, de manera que cuando se topan con la casilla, no le ponen el pecado en forma de cruz.
Jesucristo, instituyo la confesión, como sacramento para la reconciliación. En sabido, que para hacer esta con garantías de perdón, es necesario cumplir con cinco preceptos básicos que son: “examen de conciencia”, “dolor de corazón” “propósito de enmienda”
“decir los pecados al confesor” y “cumplir la penitencia”.
Los socialistas de Orcera, debemos de confesar, estamos obligados a ello, y haciéndolo públicamente ante los ciudadanos, damos sentido al titulo de este artículo, ejerciendo la AUTOCRÍTICA.
Primer precepto: Hemos hecho examen de conciencia, reconociendo que hemos cometido errores, como no, y siendo común a todos lo humanos el cometerlos, nos deja más intranquilos e insatisfechos, que la perdida de la mayoría haya estado más en nuestros errores, que no en otros. Lo asumimos sin tirar balones fuera.
Segundo precepto: Nos duele, ya que entendemos ser los culpables directos de que muy pocos votos, (44, que sus razones tendrían) nos impidan seguir avanzando en Orcera, en línea con nuestros programas cumplidos fielmente y con creces a lo largo de los últimos dieciséis años. Pero nos duele más, porque con el cambio de gobierno se ha producido una situación enrarecida e inestable para muchas personas, con ciertos enfrentamientos que en nada benefician a nadie.
Tercer precepto: Necesariamente estamos obligados a enmendar hierros, si queremos estar en sintonía con las ideas y valores que ha defendido siempre el socialismo democrático, y que no es otro que la defensa de la igualdad, la libertad y la fraternidad, valores que arrancan en la revolución francesa, y que siguen siendo la guía y orientación de la Internacional Socialista en todo el mundo.
Nuestros comportamientos por tanto deben estar acordes con estos principios básicos,
ya que ello, nos ayudará a seguir defendiendo nuestro proyecto socialista de creación del estado de bienestar, donde nadie sobre y todos podamos tener una vida digna.
Cuarto precepto: No es necesario decir todos los pecados, pues entre los mortales y los veniales, sería largo y prolijo, si creemos que es necesario hacer un acto de contrición sincero, que nos facilite seguir haciendo un mejor trabajo en el futuro.
Quinto precepto: La penitencia, evidentemente la nuestra es “no gobernar”, y por ello, ya estamos rezando, aunque es preciso señalar, que no seguir en el gobierno nos ha sido impuesto por los tránsfugas, y por causas poco éticas y morales. Esto puede suponer algo más de castigo para ellos, pues con lo sucedido en los primeros cien días de gobierno: Lo que estarán rezando para que algo les salga bien, y excuso decir lo que van a tener que rezar de aquí en adelante.
Habrá que esperar un tiempo, para comprobar quien tiene más penitencia.
Nosotros tenemos la impresión, que hasta vamos a tener que rezar por ellos.
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