Habrá vigilancia aún más estrecha y periódica. Vendrán los hombres de negro. La Gran Recesión,
la crisis más profunda y prolongada del capitalismo en las últimas
décadas, dejará profundas secuelas a su paso por España, que se
convierte en la última frontera de la crisis existencial del euro. Cayó
Grecia. Cayeron Irlanda y Portugal. Y arrastrada a cámara lenta por una
banca que financió la madre de todas las burbujas inmobiliarias, cae
España: el Gobierno de Mariano Rajoy, con el presidente desaparecido ayer,
mostró su disposición a pedir el tantas y tantas veces negado rescate
de los socios europeos para tapiar el agujero incontenible del sistema
financiero.
Madrid recibirá hasta 100.000 millones de euros,
el 10% de la riqueza que produce España en un año, en una línea de
crédito destinada exclusivamente a los bancos. El Ejecutivo capitula así
ante las fuertes presiones internacionales, ante el temor a que la
banca española, la política griega o el pánico en los mercados detonen
una espiral de estampidas bancarias e impagos de países que deriven en
una depresión causada por un accidente financiero. Europa trata de poner
un dique de contención en España. La respuesta de los mercados llegará
tan pronto como mañana.
No hay comidas gratis: las ayudas europeas (a través del fondo de rescate temporal o del permanente) son en realidad préstamos para recapitalizar el sistema financiero,
que el Tesoro deberá devolver religiosamente, a tocateja. Una vez más,
el Estado sale al rescate de la banca. Eso sí, se trata de créditos
blandos, en condiciones mucho mejores que las de mercado: en torno al
3%, según fuentes conocedoras de las negociaciones entre España y sus
socios europeos. Frente a ese 3%, el Tesoro paga actualmente intereses
de más del 6% por la deuda a 10 años. A cambio de los tipos
subvencionados, España cederá soberanía sobre su sistema financiero,
pero también perderá soberanía fiscal, en contra de lo que explicó ayer
el Gobierno.El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró tajantemente que la única condicionalidad será para los bancos que requieran ayudas. “No habrá ningún tipo de condiciones macroeconómicas o fiscales”, dijo en varias ocasiones en una rueda de prensa multitudinaria, informa Amanda Mars. Pero el Eurogrupo le enmendó la plana: junto a las alabanzas hacia los esfuerzos españoles por abordar sus variados y agudos desequilibrios, el comunicado de los ministros de Finanzas de la zona euro deja claro lo contrario. Europa supervisará con mano de hierro que Madrid continúe por el camino de la consolidación fiscal, las reformas estructurales y del mercado de trabajo.
Fuente: El País
1 comentario:
Todos estos apaños deprisa y corriendo, con el fin de recuperar la confianza de los mercados, no le van a servir al mentiroso compulsivo de la Moncloa.
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