Tras la repercusión mediática que ha tenido la situación económica del municipio tras afirmar el alcalde que se encontraba en quiebra, viene ahora la réplica del Ayuntamiento a la situación.
Lo que parece evidente y notorio, es la necesidad de la grandeza y excepcionalidad de un político, que sepa hacer compatible el idealismo y el pragmatismo, el deseo de cambiar y el modo moderado de llevarlo acabo. Con todo, la verdadera excepcionalidad de este “político nuevo” radica, al mismo tiempo, en su capacidad de guiarse por el bien común y en saber considerar la propia persona como ponibles para los intereses de la causa. Realmente no se pueden justificar los fracasos políticos echando la vista atrás porque la gestión diaria de un ayuntamiento se ha de hacer desde el presente y con vistas hacia el futuro.
Cualquier alcalde o concejal ha de medir muy bien sus actuaciones, tienque que preguntarse para escuchar, para entender, para comprender. Porque estamos realizando una gestión que afecta a un conjunto de familias cuyo sustento depende en la mayoría de los casos de la buena marcha del municipio. Un gobernante no puede concebir su poder desde una condición transversal que lo une y lo separa constantemente de la realidad municipal.
¿En 2009 Joaquín Zorrilla Grimaldos es el culpable de todo? Si dejó la alcaldía en junio de 2007 que culpa tiene en que ya no haya cine de verano, que no haya equipo de fútbol o que se haya gastado más de la cuenta a la hora de contratar las fiestas? ¿Tiene culpa del Insierra, aquel experimento electrónico? ¿Tiene culpa de que la entrada a la piscina cueste 5 Euros? ¿Que se haya duplicado la plantilla de la piscina y de otros servicios municipales? ¿que se dejen escapar subvenciones como el Plan Operativo local?
En Torres de Albanchez su alcalde del PP está realizando una buena gestión municipal y la excusa no se limita a echar la culpa hacia el anterior o hacia el que pueda venir. Se dedica a trabajar por su pueblo y intentar dejar el municipio mejor de lo que se lo encontró.
Necesitamos políticos que puedan escuchar para poder entender. Necesitamos políticos que puedan soñar y hacer esos sueños realidad. Necesitamos políticos que entiendan que el compromiso político forma parte del ser humano integral. Porque, quien no vive como piensa acabará pensando como vive.
Que tiempos aquellos en los que podíamos leer en el Programa Electoral del PP los siguiente:
" Estamos convencidos que nuestra gente es capaz de recuperar la ilusión perdida con un nuevo proyecto político, sacarnos de la anarquía económico-administrativa, de la desidia, del olvido, de la marginación y el pensamiento único con que este alcalde ha venido ejerciendo el cargo".
Con el paso del tiempo hemos pasado de la ocasión para mejorar, para gestionar, para construir, para desarrollar a establecer ese pensamiento único y difundirlo: "la culpa la tiene Joaquín", aunque cada día en Orcera se gestione peor, se gaste más, se consiga menos y servicios básicos como el agua no estén garantizados las 24 horas del día.
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